El miércoles me dijeron que ya no tenía que volver, el miércoles fue un día muy extraño... Estaba acostumbrado ya a todos los miércoles solicitar el billete de regreso a Madrid para el viernes y el lunes tener otro para volver a Las Palmas y esta vez ya sólo sería el de ida.
El viernes seguía sin creerme que el lunes no estaría en Las Palmas, hasta que me despedí en el aeropuerto, después de una tarde maravillosa, cargada de emociones...
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